jueves, 31 de octubre de 2019

Mathias Enard habla de la impresión que le dio Irán

¿Cómo era Irán en aquella época?
En el 93 había muerto el ayatolá Jomeini y estaba en el poder Alí Jamenei. En la época se hablaba de los reformadores, en realidad se veía a Jamenei como alguien más abierto que iba a proporcionar un giro, a cambiar el régimen, a abrirlo. Hace veinticinco años y no ha cambiado nada. Pero había pequeños signos de apertura en Irán y nosotros pudimos quedarnos tres meses… bueno, quedarnos con muchas aventuras, tuve que ir a juicio por quedarme. Esto me pasó tres veces. Te multaban por quedarte ilegalmente en el país y te expulsaban y te daban un tiempo para irte; entonces, resolvieron mi caso el 15 de diciembre o algo así y tenía una semana para dejar Irán. Siempre que fui a Irán me quedaba ilegalmente.

¿No tenías miedo?

No, miedo no. Seguramente porque era un inconsciente, pero sí que veía que la realidad era muy dura, porque en estas oficinas de extranjería de Irán veías a todos los que también expulsaban, esposados, sufriendo malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad iraní, pero no sé por qué nosotros no, quizá porque vivíamos en medio de los iraníes e íbamos a la universidad. Éramos jóvenes y para la República de Irán no éramos ningún peligro, éramos gente que quería estudiar persa y la literatura persa, y creo que por eso nos trataban más o menos bien.

martes, 29 de octubre de 2019

Canales de youtube sobre Psicología, ciencias sociales y divulgación varia

Sexplaining
https://www.youtube.com/channel/UCCMHt774Sq81dXOuCXqGVkg

Psico fácil
https://www.youtube.com/channel/UCNpLEIvi0tZClD-pSFlk4xg

Habías pensado
https://www.youtube.com/user/Habiaspensado

Antroporama
https://www.youtube.com/channel/UCGKzjVZGdJ0YmUqg42xfO5w

Mente Humana Canal
https://www.youtube.com/channel/UC5TawXio93r576Rl0UglVDg/videos


PSICOLOGO.BARCELONA ACTUO
https://www.youtube.com/channel/UCQG4PBH1raVo60GsP_xl8aw

Preventiva et al
https://www.youtube.com/channel/UCbEAy9mnH2YReAHR0SLdJ0Q/videos?fbclid=IwAR2s1cDF0qsD7NsTlgewT2_DTlWvo52KyLuSZ2gckJR_VwUxDatl3-5ej-0

CrashCourse
https://www.youtube.com/user/crashcourse/playlists

Psico Vlog
https://www.youtube.com/channel/UCKK25Prf-UD9Qak0W1d02KQ

Psí con ciencia
https://www.youtube.com/user/Nibenik

The Daily BA

Claves para distinguir un problema psicológico, por Eparquio Delgado

TODOS TENEMOS problemas, pero es obvio que no todos son psicológicos. ¿Cómo podemos distinguirlos? Comencemos tomando prestado el título de un libro de Ernesto López y Miguel Costa: Los problemas psicológicos no son enfermedades (y viceversa, habría que añadir). Tener un dolor crónico, contraer una infección o desarrollar una demencia no son problemas psicológicos. Muchos problemas orgánicos pueden provocar síntomas psicopatológicos, pero ni esa enfermedad ni esos síntomas son problemas psicológicos y, por tanto, no son competencia del psicólogo.

Un error habitual a la hora de definir los problemas psicológicos es equipararlos a lo que la psiquiatría ha establecido como patología en sus manuales de diagnóstico, un punto de vista ampliamente difundido debido al enorme peso de la industria de los psicofármacos y la colaboración de organismos estatales y profesionales. Su influencia es tal que puede considerarse, como afirma el filósofo César Rendueles, que el DSM (el principal manual diagnóstico de la psiquiatría) es el libro más importante de la segunda mitad de siglo XX. Desde esta perspectiva se considera que ciertos pensamientos, sentimientos y conductas son “normales” y otros “patológicos”, y que es la psiquiatría la que tiene la potestad para diferenciar unos de otros. Estas clasificaciones han sido cuestionadas tanto por un sector de la propia psiquiatría como por filósofos y sociólogos y, particularmente, por colectivos de personas que han comprobado en sus carnes cómo algunos diagnósticos psiquiátricos son fuente de abusos, estigma y exclusión.
Al contrario de lo que pensamos habitualmente, el sufrimiento no forma parte necesariamente del problema psicológico. Ser víctima de acoso laboral, estar a punto de ser desahuciado y otras situaciones pueden provocar un gran sufrimiento, pero a nadie se le ocurriría considerar que son problemas psicológicos. Hay infinidad de problemas sociales que provocan un gran nivel de malestar y que tienen que ser abordados principalmente con medidas preventivas. Los psicólogos podemos participar junto a otros profesionales en su elaboración, pero no podemos reducir esas complejas circunstancias al ámbito de lo psicológico. De la misma manera, muchas situaciones de la vida conllevan sufrimiento sin que puedan ser consideradas problemas psicológicos. Esperar los resultados de una importante prueba médica o perder a una persona cercana son situaciones que pueden generar gran malestar. La influencia de la psiquiatría ha llevado a considerar ese malestar como un problema psicológico cuando su intensidad, duración y/o frecuencia son excesivamente altas. Pero tener una ansiedad muy intensa, frecuente y duradera puede ser consecuencia de un problema psicológico, provocar una gran cantidad de sufrimiento y requerir una intervención, pero no es un problema psicológico en sí mismo. 

lunes, 28 de octubre de 2019

Mariana Enríquez habla del lugar del género de terror dentro de la literatura

¿Cuál crees que es el lugar del género de terror dentro de la literatura?

Para mí el género de terror es muy importante, lo que pasa es que se terminó marginalizando por un montón de cuestiones que exceden muchísimos análisis. Pero pienso que Henry James hace terror, obviamente Stevenson… Toda la tradición de historias de fantasmas inglesas, las ghost stories inglesas, que para mí constituyen un corpus importantísimo; las novelas góticas, como Frankenstein… Y después toda la revolución en Estados Unidos a partir de los cincuenta con Richard Matheson, con algunos cuentos de Bradbury, con Shirley Jackson. Más tarde, en los setenta, con Stephen King, uno de los autores que logra incorporar lo cotidiano al horror; lo psicológico al horror.

¿Y en Argentina crees que tiene un peso menor?

domingo, 27 de octubre de 2019

Luis Goytisolo opina de la Biblia como texto literario.

Los diversos libros que integran la Biblia, empezando por el Génesis, tienen un carácter eminentemente mítico y lejano a modo de un fresco perdido casi en las alturas. Literariamente, no alcanzan la perfección formal de las epopeyas de Homero o de Virgilio, pero su vigor expresivo y su absolutismo conceptual hacen de ellos obras de calidad literaria en modo alguno inferior, y de carácter no menos singular. Y resulta curioso observar que el dios creador que se nos presenta se muestra con frecuencia no mucho más omnipotente que los dioses olímpicos ni más ejemplar en su conducta, frecuentemente caprichosa y arbitraria...

(Citando pasajes de Sanson, como se narra en Libro de los Jueces)

Lo que hace de los Evangelios un texto más cargado de vida que los pertenecientes al Antiguo Testamento es en parte consecuencia de la exposición, adecuadamente articulada, de los tres años de vida pública de Jesucristo, un tipo de relato de mejor asimilación que los escuetos y con frecuencia incoherentes resúmenes que en las historias bíblicas sirven para poner al lector al corriente del argumento propiamente dicho.

María Fernanda Ampuero recomienda la novela "Mandíbula" de Mónica Ojeda

Dice Brecht que “el que se ríe no ha escuchado todavía las terribles noticias”, y por eso en la novela Mandíbula, de Mónica Ojeda, nadie se ríe o, al menos, nadie lo hace sin mostrar dientes canallas que brillan de amenazas. Ojeda tiene colmillos en los ojos. No se explica de otro modo una forma de ver el mundo —y escribirlo— tan cargada de intimidación. Los personajes de Mandíbula, larvas violentas de mujeres violentas, tienen una capacidad de espeluznar que radica precisamente en que son humanas y no monstruos (ah, el monstruo humano, señor de las criaturas dañadas y dañinas). 

Monica Ojeda recomienda "La mujer desnuda" de Armonía Somers

La mujer desnuda es una novela deslumbrante, no sólo por su exquisita y a la vez rara prosa, sino por su capacidad de conjugar lo fantástico con una perspectiva feminista y filosófica en torno al eros. Tenemos a una protagonista, Rebeca Linke, que se despierta en su cumpleaños número 30, se arranca la cabeza, se la vuelve a poner, y se interna desnuda en el bosque. Esta mujer irá encontrándose hombres, poblados, violencia, deseo, hambre, en una historia apoteósica, publicada en 1950, que roza el delirio. Muy adelantada a su tiempo, algunos la encontraron obscena, no tanto por su tratamiento de la sexualidad como por la rabiosa crítica social que se hace a través de los tabús. La escritura poética de Somers creó una atmósfera de exploración, miedo y emancipación.

Pensando con claridad sobre la correlación y la causalidad, por Roberto Colom

Julia Rohrer, del Max Planck Institute, publicó en 2018 ‘Thinking clearly about correlations and causation: Graphical causal models for observational data’.

Pretendía ilustrar el mensaje de que hacer inferencias causales válidas a partir de datos observacionales dista de ser algo mecánico. El acto depende de determinados supuestos basados en el conocimiento disponible y en la verosimilitud de la propuesta. Los estudios experimentales no se salvan de esa exigencia. 
Algunos ejemplos que Julia usa para ilustrar la relevancia de preguntarse por la causalidad son:

¿Cuáles son las consecuencias del divorcio sobre el bienestar?

¿Cómo influye la clase social sobre la conducta de los humanos?

¿Cuáles son los efectos de una situación adversa en la infancia sobre la salud en la edad adulta?

Es evidente que no pueden extraerse, sin más, consecuencias causales a partir de evidencias basadas en correlaciones. A menudo se usan variables de control (covariables) para aumentar la verosimilitud de una interpretación causal a partir de dos variables correlacionadas, pero eso carece de sentido. No es la estrategia a seguir para resolver la coyuntura.

La autora basa el resto de su artículo en la aproximación DAG (Directed Acyclic Graph) porque, según ella, ayuda a revelar los supuestos causales que subyacen a los estudios observacionales. Los DAG comparten bastantes características con los modelos SEM (Structural Equation Modeling) –aunque en la DAG solamente se admiten flechas unidireccionales—y ayudan a responder preguntas como las siguientes:

Páginas de investigación científica (papers, revistas)


 Investigación y ciencia

Researchgate

Nature

Psychological Medicine (Revista científica)


Journal of the International Neuropsychological Society

Barbara Ehrenreich define la idea que tiene de Pensamiento positivo


La expresión se usa en dos acepciones. La primera se refiere al pensamiento positivo en sentido propio; es decir, a lo que significa el término en sí. Se puede resumir como sigue: las cosas van ahora bastante bien –al menos si uno está dispuesto a ver siempre la botella medio llena–, y van a ir todavía mejor en el futuro. Se trata, pues, de optimismo; algo que no hay que confundir con esperanza. La esperanza es una emoción, un anhelo, un sentimiento que no depende enteramente de nosotros; mientras que el optimismo es un estado cognitivo, una expectativa consciente, que cualquiera puede alcanzar, en teoría, solo con ponerse a ello.

En su segunda acepción, “pensamiento positivo” se refiere a la práctica –a la disciplina– de pensar positivamente. Existe, se nos asegura, una razón pragmática que compensa el esfuerzo: el pensamiento positivo no solo nos hará sentirnos optimistas, sino que favorecerá que de hecho las cosas salgan bien. Si uno espera que el futuro le sonría, el futuro le sonreirá. ¿Y cómo es posible que suceda solo por haberlo pensado? La explicación racional que nos brindan muchos psicólogos de nuestros días es que el optimismo mejora la salud, la eficacia individual, la confianza y la capacidad de adaptación, facilitando que alcancemos nuestras metas. Pero una idea mucho menos racional está extendidísima también: la de que, misteriosamente, los pensamientos pueden tener una incidencia directa en el mundo real. De algún modo, los pensamientos negativos producen resultados negativos, mientras que los pensamientos positivos se materializan en forma de salud, prosperidad y éxito. De ahí que tanto las explicaciones racionales como las místicas le otorguen un gran valor al pensamiento positivo y consideren que merece la pena dedicarle tiempo y atención, ya sea mediante las lecturas pertinentes, la asistencia a cursos y charlas de entrenamiento mental, o al menos el trabajo personal de concentrarse en aquello que se anhela (un empleo, una pareja más atractiva o la paz mundial).

sábado, 26 de octubre de 2019

Respondo al tag de Camille Claudel

Respondo al tag que Florence Jeans le hizo a Camille Claudel en 16 de mayo de 1888

Your favourite virtue. Mi extraño sentido de humor ¿y calidez?
Your favourite qualities in man. ser abierto al conocimiento.

Your favourite qualties in woman. ser abierta al conocimiento.
Your favorite occupation. No hacer nada y aprender cosas...

Your chief characteristic. ser extraño para otros.
Your idea of happiness. pasear por lugares.

Your favourite colour and flower. Azul y girasoles.
Your idea of misery. No ser capaz de luchar o aprender.

If not yourself, who would you be? Un hombre inteligente, uno visionario.
Where would you like to live? Lejos de donde estoy.

Your favourite prose authors. No puedo decirme por alguno.
 Your favourite poets. El que encuentro una forma original de decir...

Camille Claudel responde a un tag

Camille Claudel a Florence Jeans 16 de mayo de 1888 (AMR) (1)

your favourite virtue. No tengo: son todas aburridas
your favourite qualities in man. obedecer a su mujer
Your favourite qualties in woman. hacer rabiar mucho a su marido
Your favorite occupation. No hacer nada

Your chief characteristic. El capricho y la inconstancia
Your idea of happiness. casarme con el general Boulanger (2)
Your favourite colour and flower. El color que más cambia y la flor que no cambia
Your idea of misery. ser madre de muchos hijos

If not yourself, who would you be? Un caballo de tiro en París
Where would you like to live? En el corazón del señor Wilson (3)
Your favourite prose authors. El señor Pellerin autor de las célebres imágenes (4)
 Your favourite poets. El que no hace versos

El canon literario: un debate abierto, por Nazaret Fernández Auzmendi

1. INTRODUCCIÓN
En uno de los microrrelatos recogidos en La glorieta de los fugitivos (2007), José María Merino reflexiona, desde una perspectiva crítica y con cierto humor, acerca de un concepto que ha generado una de las polémicas más vivas y prolíficas en el debate literario de los últimos años:
Perseguido por el Canon, el Corpus llegó a un callejón sin salida. ‘¿Por qué me acosas?’, preguntó el Corpus al Canon, ‘no me gustas’, añadió. ‘El gusto es mío’, replicó el Canon amenazante.
El cuento (o el minicuento) es con bastante frecuencia uno de los géneros literarios escogidos por los escritores para adentrarse en el terreno de lo metaliterario y la discusión teórica. José María Merino aprovecha la ocasión para plasmar en este texto una idea compartida por bastantes estudiosos: la de un canon «amenazante» que acorrala y que, en un ingenioso juego de palabras, se permite el lujo de apropiarse de una noción tan habitual como polémica en el ámbito artístico: la noción de gusto. El relato vincula así dos ideas próximas y que en la historia de la crítica literaria han permanecido unidas: gusto y canon.

Y es que una de las cuestiones que mayores discrepancias provoca es qué aspectos han de tenerse en cuenta a la hora de escoger de entre ese corpus asediado, puesto que la confección de una lista requiere unos criterios de selección. No en vano, esos criterios determinarán cuáles han de ser las obras incluidas en dicho canon. En un primer impulso, la respuesta inmediata es incluir en la lista a aquellos textos que gocen de mayor calidad literaria, pero ¿cómo y quién determina esa calidad? No siempre es fácil desligar el juicio crítico del gusto, en la medida en que este es definido como «la facultad de apreciar o sentir lo bello o lo feo» (DRAE); resulta evidente que existe una carga de subjetividad que dificulta la tarea. Pozuelo nos recuerda además que «los valores estéticos son cambiantes, movedizos y fluctúan en función del periodo histórico en el que nos encontremos» (Pozuelo, 1996, p. 4).
Por otra parte, en la elaboración del canon participan otros aspectos, tales como la inclusión o no de obras representativas de colectivos minoritarios o tradicionalmente apartados de lo que se ha denominado «canon occidental»; entran en juego los estudios postcoloniales, multiculturales, feministas o neohistoricistas, lo que Harold Bloom ha bautizado como «Escuela del Resentimiento». Una pluralidad de factores que no ha hecho sino aumentar la controversia y obstaculizar el análisis del canon en sí mismo; en definitiva, y en palabras de José María Pozuelo Yvancos, «mucha ira y poco estudio» (Pozuelo, 1996, p. 3).
En estas páginas, trataremos de ofrecer un estado de la cuestión, del punto en el que se encuentran hoy día los estudios sobre el canon, e intentaremos reflexionar, en especial desde nuestra visión de docentes, acerca de los numerosos interrogantes que plantea un tema que sobrepasa los límites del discurso literario para inmiscuirse en debates más amplios y generalizados.

viernes, 25 de octubre de 2019

Harold Blooom opina sobre Hans Christian Andersen

Los principales precursores de Andersen fueron Shakespeare y Sir Walter Scott, y su mejor obra puede verse como una amalgama de Sueño de una noche de verano y el casi igual de magnífico «Cuento de Willie el errante», perteneciente a Redgauntlet, de Scott, con una cierta adición de Goethe y del «Romanticismo Universal» de Novalis y de E. T. A. Hoffmann. La «renuncia» goethiana fue clave en el arte de Andersen, que en rigor sólo adora a un dios al que puede llamarse «Hado». Aunque Andersen fue sumamente original en sus cuentos de hadas aceptó encantado esa estoica aceptación del hado que provenía del folclore. Nietzsche sostenía que, por el bien de la vida, origen y objetivo debían mantenerse separados. En Andersen no había ninguna intención de separar origen y objetivo. Ello le costó muchas satisfacciones en la vida: nunca tuvo una casa propia o un amor duradero, pero consiguió una extraordinaria literatura. 

Al igual que en Walt Whitman, la verdadera orientación sexual de Andersen era «homoerótica». En la práctica, los dos enormes escritores eran «autoeróticos», aunque la añoranza que Andersen sentía por las mujeres era más conmovedora que los gestos de Whitman, mayormente literarios, hacia la heterosexualidad. Pero Whitman era un poeta-profeta que ofrecía la salvación, y apenas era cristiano. Andersen profesaba una devoción más bien sentimental por el niño Jesús, pero su arte es por naturaleza pagano.

Su contemporáneo danés, Kierkegaard, lo captó enseguida con perspicacia. Desde la perspectiva del siglo XXI, Andersen y Kierkegaard se reparten extrañamente la eminencia estética de la literatura danesa. En este capítulo sobre Andersen, quiero definir con precisión las cualidades que mantienen imperecederos sus cuentos, con ocasión del bicentenario de su nacimiento en el 2005. El mismo Kierkegaard interpretó correctamente su propio proyecto como el esclarecimiento de lo imposible, que resulta ser cristiano en una sociedad ostensiblemente cristiana. Andersen albergaba secretamente un proyecto distinto: el de seguir siendo niño en un mundo ostensiblemente adulto.

Premio Anagrama de Ensayo: textos en digital (lista a actualizarse)


Premiados
2019
Gamper, Daniel. Las mejores palabras
https://www77.zippyshare.com/v/oQzX7Boc/file.html


2018
Scavino, Dardo. El sueño de los mártires
https://www67.zippyshare.com/v/PcslAEYb/file.html


2017
Zafra, Remedios. El entusiasmo

jueves, 24 de octubre de 2019

Las lecturas que han marcado a Patrícia Soley-Beltran

Una novela que me impactó muchísimo es La plaça del Diamant, de Mercè Rodoreda, porque es triste y dura, y porque además tiene un montón de paralelismos con la familia de mi madre. A mí esa novela me previno mucho contra cierto amor romántico.
Y luego hay una idea de Albert Camus que me gusta mucho. Venía en El primer hombre, que fue su último libro, su autobiografía, y está explicada con ese lenguaje transparente que tiene él, con una compasión y una humanidad que es una lección de vida. Para mí es su mejor obra, es uno de los libros que más me ha influido. 

miércoles, 23 de octubre de 2019

Para José Ovejero el cine de Quentin Tarantino es un tanto infantil y en Inglourious Basterds es moralista

Tarantino es, por cierto, un buen ejemplo de crueldad hegemónica; no es que haya puesto sus habilidades como director al servicio expreso de una determinada ideología, lo que sí podríamos decir de Spielberg, pero se inscribe en los dogmas de la posmodernidad, negando al arte la posibilidad de incidir sobre la realidad, lo que implica la renuncia a la rebelión e incluso a comentar el contexto social y político en los que se inscribe la obra de arte. Quitando Inglourius Basterds y Jackie Brown -quizá ésta sea su única obra adulta-, la violencia en sus películas es sobre todo un espectáculo catártico, liberador de agresiones mediante su representación despiadada y al mismo tiempo jocosa, la alegre diversión que puede traer la destrucción sin freno. 
Se tiene la impresión de que sus películas las ha rodado un adolescente, despreocupado de lo que pueda pensar la sociedad adulta de sus excesos y de sus momentos de mal gusto; al hacerlo, paradójicamente, adula a unos espectadores cuyos gustos son deliberadamente adolescentes —basta mirar los libros más vendidos y las películas más taquilleras para descubrir que la mayoría son historias juveniles de aventuras, aunque su público es mayori- tariamente adulto—. Su amoralidad se deriva de que Tarantino entiende el cine no como comentario sobre la vida sino como una manera de narrar historias sobre otras historias, un cine hecho de citas, de guiños, nerd movies, diríamos, igual que se puede hablar de una nerd literature. Más que la realidad, le interesan sus representaciones, que no aspiran a interpretar nada, de la misma manera que la propia película no nos pide que la interpretemos sino tan sólo que la «leamos», es decir, que descubramos las formas y las fuentes de la narración. Habría que recurrir aquí a la frase de Alain Robbe-Grillet: «¿Tiene la realidad un sentido? El artista contemporáneo no puede responder a esta pregunta: lo ignora.» Tarantino desde luego no busca el sentido; le interesan más el ritmo, el color, el movimiento y un remix de situaciones y motivos reconocibles y por tanto «legibles».

POSMODERNISMO 456. De Tomás Navarro Tomás

R e n u n c ia c ió n.—-Después del período modernista, la actitud de los poetas respecto al verso reaccionó en sentido de restricción y sobriedad. Fue rasgo general la renunciación a muchos de los tipos métricos que en años anteriores se habían practicado. Se advierte este cambio no sólo entre los escritores que se dieron a conocer en la etapa comprendida entre las dos grandes guerras, sino en los mismos poetas cuya actividad abarcó por entero o en su mayor parte la primera mitad del presente siglo. La versificación empleada por Unamuno en su Cancionero, 1928-1936, reducida de ordinario a series asonantes de versos de once, nueve, ocho y siete sílabas, dista mucho de la variedad métrica de sus composiciones anteriores. Análoga diferencia se observa entre las poesías de Juan Ramón Jiménez correspondientes a las dos primeras decadas de esta centuria y las que figuran en los libros publicados después. 
Se habían delimitado dentro del modernismo las formas de la versificación regular y de la amétrica. Entre los nuevos grupos poéticos, los escritores a quienes se suele aplicar la denominación de ultraístas, cultivadores de la expresión estética en estilo depurado y desnudo, se han servido en general de tipos métricos simples y regulares, junto a aplicaciones moderadas del verso libre. 

José Ovejero habla de Sade, de la violencia, lo pornográfico y la crueldad.

La violencia y la crueldad tienen más fácil aceptación cuando son gratuitas, cuando su significado se agota en la mera narración, que cuando abogan por una moral distinta de la dominante; es decir, son aceptables cuando no empujan a una acción que haga salir al sujeto de sí mismo, abandonando la contemplación o la masturbación. Igual que la pornografía, su función es provocar un efecto físico: hacer subir la adrenalina o lograr la excitación del consumidor. La pornografía, como la violencia, sólo consigue ofender de verdad si se atreve a enarbolar un discurso moral propio y se vuelve transformadora. Lo profundamente ofensivo para la sociedad de su época, y para partes de la nuestra, en libros como La educación de Laura, del conde de Mirabeau, o Los 120 dias de Sodoma y La filosofía en el tocador del Marqués de Sade, es que asumen posiciones contra la moral dominante y postulan una alternativa. Y quizá la fama de Sade sobre todos los demás pornógrafos se deba a que él realiza de una manera más sistemática que ningún otro esta inversión moral.

Jose Ovejero nota en dos obras teatrales la critica que se hace hacia los propios espectadores (que terminan celebrando)

Resultado de imagen para jose ovejeroHay formas menos radicales de ser cruel con el espectador/lector, en las que no es necesario que fluya la sangre. En 1966 el escritor austríaco Peter Handke estrenó su obra Publikumsbeschimpfung, obra sin trama ni auténticos personajes, en la que los actores se dirigen al público con una serie de frases, a menudo contradictorias, órdenes también contradictorias, una retahila insufrible que culmina con un gran final en el que durante varios minutos se dedican párrafos de alabanzas a la actuación de los espectadores, concluyendo cada uno con una ristra de vulgares insultos. No son pocas las obras teatrales que atacan precisamente a la clase social a la que pertenecen los espectadores; Susan Sontag se maravillaba al ver una obra de teatro de James Baldwin en la que se criticaba con ferocidad a la clase media, liberal, blanca, que era la que llenaba el teatro y aplaudía entusiasmada al finalizar la obra. 

martes, 22 de octubre de 2019

Samanta Schweblin habla de la concepción de su novela Kentukis

Resultado de imagen para Samanta Schweblin
Nació con la propia estructura de la novela, en el primer borrador. No sé si había otra manera de contar esta historia que hacerlo desde distintos puntos de todo el mundo, porque justamente se trata de la conexión con los demás, o la desconexión. Y de lo distintos e iguales que son “los demás” alrededor de todo el mundo. He viajado a lugares insólitos, como pequeños pueblos en China, o una comunidad indígena en la Selva Lacandona, o el aeropuerto de Qatar. La primera impresión es desconcertante, uno piensa “esto es otro mundo”. Pero en cuanto empezás a interactuar con los otros te das cuenta lo iguales que somos. Y un segundo después volvés a sentir un extrañamiento fuertísimo. Me encanta ese salto, ese reconocerse y no reconocerse en otro que viene de una historia y una cultura absolutamente opuesta a la tuya. Pero hay algo curioso con la tecnología, y es que, no importa de qué mundo vengas, la tecnología empezó para todos al mismo tiempo, y nos tocó a todos más o menos de la misma manera. Podría ser nuestro idioma universal, pero seguimos usándolo como una burbuja, para ver nuestro entorno más cercano o como espejo de nosotros mismos.

Samanta Schweblin habla de la ciencia ficción

Me gusta mucho la ciencia ficción. Pienso en autores como Stanislaw Lem, Úrsula K. Le Guin, Ray Bradbury... Mis primeras lecturas adultas fueron sobre todo libros fantásticos y de ciencia ficción. Pero no creo que Kentukis pertenezca a ese mundo. Hay un ruido extraño en cómo se lee hoy la ciencia ficción y cómo lidia con ella la literatura. Vivimos en un mundo hiper tecnologizado, y nos manejamos en él con absoluta naturalidad, usando recursos que hace solo diez años atrás serían impensables, y hoy ya no nos sorprenden. 
Pero basta que esta tecnología entre en un libro para que todo parezca girar alrededor de esto, todavía no terminamos de leerla con naturalidad. Kentukis no habla del futuro y no implica la existencia de ninguna tecnología nueva. Y sin embargo la vieja idea de la ciencia ficción late evidentemente entre líneas. Me encanta, porque es un género que siempre disfruto, pero me pregunto qué es lo que nos pasa a nosotros, como lectores, que aceptamos estas tecnologías con toda naturalidad en nuestras vidas pero, puestas estas sobre el papel, tomamos todavía tanta distancia. ¿Será que siguen dándonos algo de miedo? ¿Será que en realidad todavía no las hemos internalizado tanto como creemos?

El Premio Nobel de Literatura 2019 (Peter Handke) visto por su traductor al español, Eustaquio Barjau.

Texto de Paula Corroto (Letras Libres)

Eustaquio Barjau empezó a traducir a Peter Handke al español a finales de los años setenta. Lo primero fue La mujer zurda. Después llegaron muchos más títulos, hasta superar la cincuentena. Una muestra de lo prolífico del escritor austriaco, pero también de la estrecha relación que estableció con su traductor. Cuando Barjau supo que le habían dado al Nobel a Handke le entró “una alegría muy grande porque se lo merecía”, afirma. Más de cuarenta años de intercambios literarios, lingüísticos y personales con un escritor que, aunque reconoce que “no es una persona fácil, sí es tremendamente adorable”.

“Le he traducido de todo, desde libros de ensayo a pensamiento sueltos, un género que cultiva mucho. También sus adaptaciones de viajes, estancias en ciudades europeas, del mundo…”, comenta Barjau, que es Premio Nacional de Traducción y también miembro de la Academia Alemana de Lengua y Literatura. La obra del austriaco es enorme. Más de cien títulos. Barjau no se queda con ninguno en especial, ni siquiera con sus libros más conocidos como Los avispones, El miedo del portero ante el penalti, Ensayo sobre el jukebox o la obra de teatro Insultos al público, texto experimental en el que los actores no paran de encararse con los espectadores. Para él, como reconocimiento a la pasión que Handke también tiene por España, país al que ha acudido en múltiples ocasiones, es muy relevante La pérdida de la imagen o por la sierra de Gredos. “Por esta novela le dieron un premio y él lo compartió en el parador de Gredos con media docena de traductores generosamente”, señala Barjau.

Catálogos de las bibliotecas de Guayaquil



Biblioteca del MAAC / Archivo Histórico del Guayas oficial
http://biblioteca.culturaypatrimonio.gob.ec/cgi-bin/koha/opac-main.pl
(Otras del país en el mismo Link)

Catálogo de la Biblioteca de las artes
http://gestionbiblioteca.uartes.edu.ec/

50 años de la trágica muerte de Jack Kerouac, el vividor indómito que alumbró el movimiento Beatnik

Texto de Nacho Serrano

Jean-Louis (Jack) Kerouac creó una nueva mitología para unos Estados Unidos que quizá echaban de menos a sus viejos llaneros solitarios, esos antihéroes que surcaban el país de lado a lado en busca de aventuras sin mirar atrás. Él quiso ser uno de ellos, y convirtió su propia vida en una constante experiencia iniciática digna de novela, que con el paso de los años, mermó su salud hasta que frenó su cabalgada en seco el 21 de octubre de 1969.
Aquel día, Kerouac murió a los 47 años de edad como consecuencia de una hemorragia interna causada por la cirrosis que padecía por su alcoholismo irredento. Había pasado años consumiendo drogas y bebiendo como si no hubiera un mañana, a veces recibiendo palizas en antros de mala muerte, como suele ocurrirle a los borrachuzos sin remedio. Y aunque él no se lo esperara, la factura llegó. Estaba escribiendo cuando de pronto, las varices esofágicas que tenía estallaron y empezó a vomitar sangre con violencia. Fue trasladado a un hospital de Florida, donde recibió once litros y medio de transfusiones, pero el tremendo daño sufrido por su hígado impidió la coagulación de la sangre y los doctores que le operaron fueron incapaces de salvar su vida.

Tres días después, su cuerpo yacía en la Casa Funeraria Archambault, en Lowell, la pequeña localidad de Massachusetts donde Kerouac nació el 12 de marzo de 1922 en el seno de una humilde familia francófona canadiense. Medio siglo después, esa misma funeraria organiza un acto especial de homenaje al escritor, que contará con el Reverendo Steve Edington y Jim Sampas, actual responsable del legado literario de Kerouac, y hará un recorrido desde la iglesia San Juan Bautista hasta el local The Old Worthen Tavern, que solía ser frecuentado por el escritor. Hoy, será la última sede de este tributo que celebrará su agitadísima vida.

Algunos poemarios y cuentos por comentar

He decidio abrir una nueva sección denominada "los olvidados del canon", autores ecuatorianos (y una que otra referencia extranjera) cuyos libros han llegado a mis manos. Y que a mi parecer no han tenido difusión o trascendencia.


Cuentos
Jennie Carrasco Molina.  La diosa del espejo.
Paulette Klein de Kennedy. Recuerdos olvidados.

Poemarios: Ecuador
Carlos Ecuador Jaramillo. Como una niebla de brillante Luz
Vicente Robalino. La invención del cielo
Neli Córdova Neli. La encarnada
Ernesto Carrión. Revoluciones cubanas en Marte.
Héctor Hernádez Montecinos. Ernesto Carrión, Jose Manuel Barrios, Yaxkin Melchy. ATLANTA
Carlos Arauz. Cuadernos de Moscú.
Autores Varios. Warmizine.
Eddie Stardust Alabanzas a dionisio y Vorágine.
Luis Cuenca Alvarado. Loja en la poesía
Jaime Rodríguez Palacios. Oráculo del fuego.
Juan Cobo Luna. Interiores.
Fernando Cazón Vera. Del amor solamente.
Antonio Santos. Las uvas prohibidas.

Novelas: Ecuador
Elías Urdánigo. Máquina de Hueso.

Poemarios: externos
Antonio Gamoneda. Los animales blancos.
Vicente Huidrobo. Últimos poemas.
Liliana Velandia Calderón .Arthropoda.

lunes, 21 de octubre de 2019

Lo que es ser reconocida para Edna O'Brien

El reconocimiento no es lo mismo que la fama. El reconocimiento es... Si un cirujano hace un buen trabajo, el paciente le escribe una carta de agradecimiento. Si un panadero hace un buen pudin, la gente vuelve a por otro. Es bonito. Y hace que los escritores estén menos solos en el universo. Philip Roth y yo mantuvimos un día una conversación sobre para quién escribíamos. Él dijo que probablemente escribiría para otro escritor al que admirase, y dijo en broma que probablemente sería yo.

¿Y usted qué respondió?
No respondí. Pero sé que si no pudiese leer a Chéjov y a los grandes escritores, Joyce, Beckett, si no pudiese leer a esos escritores sería una mujer pobre. Es distinto del reconocimiento. Son cosas que ayudan.

Isaac Bashevis Singer. Discurso de banquete - Premio Nobel de Literatura 1978 .

Sus majestades, sus altezas reales, damas y caballeros.
Mucha gente me pregunta por qué escribo en una lengua que se muere.Y quiero explicarlo en pocas palabras.
Primero, que amo escribir historias de fantasmas y nada va mejor con los fantasmas que una lengua que está muriendo. Cuanto más muerta es la lengua, más vivo es el fantasma. Los fantasmas aman el yiddish y por lo que sé, todos lo hablan.

Segundo. creo en la resurrección. Creo que pronto llegará el Mesías y millones de cadáveres de personas que hablaron idish saldrán de sus tumbas y su primera pregunta será: «¿Hay algún nuevo libro en idish para leer?

En tercer lugar, durante 2000 años el hebreo se consideraba un idioma muerto. De repente se volvió extrañamente vivo. Lo que pasó con el hebreo también le puede suceder al yiddish un día, (aunque no tengo la menor idea de cómo ese milagro puede tener lugar).

Todavía hay una cuarta razón menor para no abandonar el yiddish y esto es: El yiddish puede ser un lenguaje moribundo, pero es el único idioma que conozco bien. Yiddish es mi lengua materna y una madre nunca está realmente muerta.

Ecuador y los premios Nobel, Santiago Tandazo

La imagen puede contener: una persona, barba

Texto escrito en 2016 (En proceso de ampliación y corrección)

Seré breve, como sabrán la Academia encargada de la entrega de los premios Nobel revela sus resultados pasando 50 años de la concesión de un premio. Es decir hasta ahora se conocen a todos los nominados desde 1901 hasta 1966.

Ecuador en particular no ha tenido gran trascendencia en ninguna área a la que se accede a un premio. Pero de lo que se sabe con base a la información soltada por la academia solo hay 2 nominados "oficiales" ecuatorianos, quizá me salté alguno (evidentemente deben haber algunos más de 1966 hasta 2016...pero no lo sabremos). Los dos de los que se sabe son los siguientes :

Literatura 1935 Víctor Manuel Rendón
Paz 1909 Carlos Tobar

Y una actualización para la presente edición, se sumaría: Ángel Llerena Hidalgo. Se lo nominaría en años recientes al Premio Nobel de Fisiología por "el control de la sigatoka negra con agua y ozono". Para él deberá existir un artículo aparte.

domingo, 20 de octubre de 2019

René Char conoce a Albert Camus

Pasó el tiempo y después, tras la Liberación, un día me escribió Camus para pedirme permiso para publicar las Hojas de Hipnos, cuyo manuscrito tenía Gallimard desde hacía semanas, en la colección «Espoir». Era la primera vez que oía hablar de esta nueva colección, que Camus apenas empezaba a perfilar escogiendo entre diversas obras. Los términos en que se expresaba Camus en su carta me gustaron y me incitaron a confiarle Hipnos. Había leído algunos de sus artículos en Combat. Me gustaba de ellos el timbre preciso y la honradez. Eso era todo lo que sabía de él.
Me dio cita en Gallimard. Nos encontramos, y supe entonces que recorreríamos juntos un trecho del camino. Pasó el tiempo. Aproveché para leer a Camus, para descubrir su voz de hombre y su mano de escritor. Yo recelo mucho de la novela contemporánea, salvedad hecha de los relatos de Blanchot; no sé desear su temática, abrazar sus intrigas, sus trasfondos y recintos. Presenta cuanto aborda de un modo que contradice sus intenciones.

Albert Camus se reconforta leyendo a su amigo René Char


Gracias, querido René, por esta Muralla.217 Leerlo y releerlo me ayuda mucho, en este momento en que son pocas las cosas capaces de ayudarme, salvo la calidez de sus palabras y su querida amistad. Pienso más que en nadie en usted, desde esta resistencia pasiva en la que ando metido… Es una suerte haberle encontrado, hace años ya, y que esta amistad prendiera con una fuerza capaz de salvar la distancia… Volveremos a vernos cuando me sienta un poco más libre de moverme. En todo caso, sepa que las noticias son un poco más alentadoras.218 Siempre cerca y de corazón,

A.C

Mario Vargas Llosa se considera un escritor comprometido

Yo nací a la vida literaria en una época en la que en las tesis de los existencialistas, sobre todo, de los existencialistas franceses, primaba la idea de que el escritor tenía que tener una responsabilidad que no solamente era literaria, sino moral, social, política. Creo que sigo fiel a esas convicciones. Hoy día ya no están muy de moda, los jóvenes escritores ya no sienten esta responsabilidad moral, pero yo sí creo que, para que la literatura cumpla su función, tiene que haber un compromiso del escritor con su tiempo, con la problemática que lo rodea. Yo prefiero aquella literatura que tiene una vinculación con el mundo real a aquella que es pura fantasía.

Para Mario Vargas Llosa Venezuela y Correa están detrás de ciertas manifestaciones en Ecuador

¿Y cuando ve movimientos campesinos como los recientes de Ecuador, qué piensa?

¿Quién está detrás de esta operación para acabar con el Gobierno de Lenín Moreno? Desde luego, Venezuela, desde donde se dirigen prácticamente las acciones insurreccionales, y está Correa, el expresidente populista, nacionalista, que llevó prácticamente a la ruina al Ecuador. Lenín Moreno mantiene enderezada esa política, la ha movido hacia un centro más realista, más presentable y quieren acabar con la democratización del Ecuador que vino con él.

Venezuela salió a relucir, ¿dedicaría una novela a contar su historia reciente?

Planeta contra Penguin Random House: guerra abierta entre dos colosos editoriales

Reproduzco totalmente el artículo sobre la "contienda" porque me ha parecido una genialidad. Me fascina el mundo editorial, y que alguien se tome el suceso de esta manera aún más. 

Texto de Paula Corroto (El confidencial).

Tsunami en el mundo editorial. La guerra que tienen desde hace años el Grupo Planeta y Penguin Random House por liderar la industria del libro en España ya es abierta y se acaba de saldar esta vez con una derrota para el conglomerado de origen alemán: Javier Cercas y Manuel Vilas pasan a engrosar el catálogo editorial del grupo de la familia Lara después de años en la plantilla de Penguin tras resultar ganador y finalista del Premio Planeta, el mayor dotado económicamente en España. 

La operación, según las fuentes consultadas, empezó hace ya un año. Y el correoso asunto del dinero tiene mucho que ver. El Planeta está dotado con 600.000 euros, pero en el traspaso de Cercas a Planeta —o la vuelta a casa del hijo pródigo, ya que el autor extremeño afincado en Cataluña publicó en Tusquets 'Soldados de Salamina', novela de la que se vendieron más de un millón de ejemplares—, esa cantidad es solo una mínima parte de un contrato que se calcula sobrepasa el millón de euros. Según apuntan fuentes de la industria, el título de carácter policiaco con el que ha ganado el galardón sería el primero de una próxima colección de novelas negras que Cercas ya estaría preparando. Cambio de tendencia, cambio de editorial y premio bajo el brazo. Y no parece por tanto que el escritor vuelva otra vez al sello en el que publicó novelas como 'El impostor', 'Las leyes de la frontera' y 'Anatomía de un instante'.

sábado, 19 de octubre de 2019

Entre aforismo y el problema idiomático, Santiago Tandazo

He venido a escribir sobre Derrida, Adichie, Coetzee y eso de sentirme "latino". En una carta que Coetzee le manda a Paul Auster reflexionaba sobre su relación con el inglés. La vivía en condición de "extranjero", a pesar de que sea su lengua materna. "El idioma inglés me parecía propiedad de los ingleses" dice. Recordemos que él es un ciudadano sudafricano blanco. Se me dibujó una sonrisa de compresión. Como claro descendiente de colonos en un país donde, seguramente, la mayoría de sus conocidos externos a su familia cercana eran negros debió hacerse más de una pregunta sobre identidad. Él no era como el más típico de sus coetaneos. Tampoco hablaba en idiomas de aquel lugar de origen (creo que aclara que si el "afrikaans"); tiempo después se dio cuenta que hasta los ingleses tenían un inglés distinto al suyo. 

Cuál era su lugar con el idioma, cómo decidió darse lugar en una lengua ligada a un grupo con el cual no se vinculaba. Lo resuelve por medio de los libros: "Me dije a mí mismo que yo sabía inglés del mismo modo que Erasmo sabía latín, gracias a los libros", los otros, los "dueños del idioma" sabrían conocerlo íntimamente. Él solo lo vería prestado. Esta reflexión que se hace nace de una lectura que hace de Derrida escrita en El monolinguismo del otro. Este escritor nacido en la Argelina francesa, y de origen judio, se encontró en una encrucijada al verse arrebatado de su nacionalidad francesa en época del Vichy; de por sí el pueblo judio "no tiene estado" y ahora permanecía sin el estado de acogida. También se remitió a esta relación externa con la lengua materna: el francés.

Antonio Muñoz Molina comenta cuando leyó "El oficio de vivir" de Pavese

La verdadera impresión de las cosas inolvidables, dice Cesare Pavese, no sucede la primera vez que las encontramos, sino la segunda. Yo encontré por primera vez el diario de Pavese, El oficio de vivir, en Granada, cuando tenía 30 años. Lo leía con una devoción, con una persistencia, en la que había algo de malsano, que acabó provocándome un efecto de rechazo, como el de una intoxicación de nicotina. Lo volví a encontrar hace unos meses, en una librería de Turín, y lo compré en parte por la curiosidad de saber qué efecto tendría sobre mí cuando volviera a leerlo, no media vida sino una vida entera más tarde: también porque había algo de conmemoración y de conjuro en comprar ese diario en la misma ciudad en la que se escribieron muchas de sus páginas, sobre todo las últimas, las que quedaron pulcramente guardadas en una carpeta cuando su autor se quitó la vida en un hotel que todavía existe, con un letrero luminoso que yo vi cuando se hizo de noche.

J. M. Coetzee habla de su conexión con el inglés, su lengua materna; tras haber leído a Derrida


He estado leyendo el librito de Jacques Derrida sobre la lengua materna (El monolinguismo del otro, 1996). Parte del mismo es alta teoría, pero hay otra parte que es bastante autobiográfica y trata las relaciones de Derrida con el lenguaje en tanto que niño nacido en la comunidad franco-judía o judía francesa o judía francófona de la Argelia de los años treinta. (Él nos recuerda que a los ciudadanos franceses de ascendencia judía les quitó la ciudadanía Vichy, y que por tanto se pasaron muchos años sin tener un estado.) 

Lo que me interesa es la afirmación que hace Derrida de que, aunque él es/era un francés monolingüe (monolingüe según su criterio; su inglés era excelente y estoy seguro de que también lo era su alemán, por no hablar de su griego), el francés no es/era su lengua materna. Cuando leí esto me di cuenta de que podría estar hablando de mí y de mi relación con el inglés; y un día más tarde me di cuenta también de que ni él ni yo somos excepcionales, que muchos escritores e intelectuales tienen una relación distante o interrogativa con el idioma en el que hablan o escriben, y que de hecho referirse al idioma que uno usa como lengua materna (langue maternelle) es algo que ha quedado claramente desfasado. 

Javier Marías cree que Karl Ove Knausgård escribe de forma insulsa

Quienes no acumulan aberraciones han decidido que pueden contar sin más su biografía, porque, como es la suya, es importante. La crítica internacional elogió sin mesura los seis volúmenes del noruego Knausgård. Como ya conté, leí las primeras trescientas páginas, y me pareció todo tan insulso y plano, y contado con tan mortecino detalle, que tuve que abandonar pese a mi sentido de la autodisciplina. “No puedo dedicar mi tiempo a tres mil páginas de probables naderías, con estilo desmayado”, me dije. 

Javier Marías dice no leer libros contemporáneos, y critica la literatura de penalidades o de naderías

Otra vez no, ¿cuándo va a cesar esta moda?”, pensé al leer sobre el penúltimo fenómeno de las letras estadounidenses: una joven autora que relata las penalidades que pasó de niña en su familia de mormones. Ni médicos, ni lavarse, ni mundo exterior, un hermano mayor violento consentido por los padres…

Una de las razones por las que leo tan pocos libros contemporáneos (y quien dice leer libros dice también ver películas) es, me doy cuenta, que demasiados autores han optado por eso, por contar sus penalidades, a veces en forma de ficción mal disimulada, las más en forma de autobiografía, memorias, “testimonio” o simplemente “denuncia”. La de denuncia suele ser espantosa literatura, por buenas que sean sus intenciones. 

jueves, 17 de octubre de 2019

José María Pozuelo Yvancos comenta la falta de hispanos en las obras de Harold Bloom

No cabe duda de que Harold Bloom, uno de los grandes críticos de hoy, es tan lúcido e interesante como caprichoso y difícil de domeñar. Su fama y éxito como teórico de la literatura e historiador de algunas zonas de la poesía anglo-norteamericana son tan enormes que se permite, a sus ochenta años, que el centro de su producción sea su propia perspectiva sobre los asuntos que trata, confiado en que vayamos a leer sus libros no para aprender lo básico de Wallace Stevens o de Walt Whitman, sino intrigados por ver qué dice Harold Bloom sobre ellos, como si ese diálogo de la obra con el crítico tuviese tanta importancia como la obra literaria en sí misma. 

Tal dominio de la situación tiene su contrapartida: al situarse a sí mismo por encima del bien y del mal, se permite muchas arbitrariedades y algunos descuidos imperdonables, que compiten con las muchas zonas que exhibe de verdadera genialidad, sobre todo en el ensayo que puede actuar de testamento crítico («canto del cisne», lo autocalifica), el titulado Anatomía de la influencia, escrito en 2011. Ese libro, al que iré enseguida, tiene verdadero interés teórico y crítico, a diferencia de Novelas y novelistas. Puesto que este último es la traducción al español de una obra escrita en inglés en 2005 (a la que la edición española ha añadido la coletilla de El canon de la novela), podemos comenzar por decir que su marginación de la literatura en español es tan proverbial que sería escandalosa si no fuese estigma repetido por la mayor parte de los schollars norteamericanos. 

Jorge Herralde habla sobre la publicación de Vladimir Nabokov

No lo llegué a conocer. Tuve mucha correspondencia con su viuda Vera y con su hijo Dmitri, traductor suyo y corredor de coches de carrera y creo que también cantante de ópera. Y bueno, entonces, yo había leído, antes de ser editor, libros suyos como Lolita, Ada o el ardor, y pensé que era un autor muy diseminado, con pocos libros en las distintas editoriales, la gente solo quería Lolita. Y me dije: “Vamos a hacer una ‘operación Nabokov’”, pero llevado, claro, por la enorme admiración hacia su obra. Empezamos con una agente literaria, una francesa que vivía en Madrid, escribiendo a la viuda (tenemos una correspondencia con ella muy importante), y así fuimos rescatando títulos suyos. En algunos casos el contrato estaba un poco complicado. Logré hacerme con cuatro o cinco títulos y me faltaban dos títulos importantes, sobre todo Lolita, que lo había publicado Grijalbo, pero en México por la censura en España. Nos entendimos con Juan Grijalbo y Gonzalo Pontón, y yo les cedí un título nuestro para que lo publicaran en México, y llegamos al acuerdo –y esto es es aburrido, pero es cocina editorial– de que nosotros lo publicaríamos en nuestra colección, con un precio bastante más caro que su edición de bolsillo. 

Jorge Herralde habla de cómo era Patricia Highsmith

De entrada, por decirlo con sencillez, daba un poco de miedo. Era más bien hosca, imponía distancias solo con la mirada. La conocimos en el aeropuerto de Barcelona, yendo al Festival de Cine de San Sebastián. Ricardo Muñoz Suay organizó una sesión de coloquios sobre cine y literatura, y la invitó. Y se convirtió en la reina del festival, fue en un año donde fallaron algunas superestrellas. Yendo con ella por la calle la gente la paraba, le pedía autógrafos, y estaba sorprendida y agradecida. No era muy conocida en España, la colocamos en la colección Panorama de Narrativas, que acababa de empezar, y donde había escritores de primera calidad literaria. Exagerando un poco, la situamos en ese pequeño olimpo, y rápidamente sus tres primeros “Ripleys” tuvieron un éxito morrocotudo. 

Ernest Hemingway comentra sobre su reescritura

P. ¿Hace alguna revisión o alguna reescritura cuando lee hasta el lugar en el que se interrumpió el día anterior? ¿O las revisiones vienen más tarde, cuando todo el trabajo está terminado?

Resultado de imagen para Ernest Hemingway entrevista revista Arts,
-Todos los días reescribo hasta el punto en que dejé el día anterior. Cuando todo está terminado, naturalmente lo reviso. Así se tiene otra oportunidad de corregir y reescribir cuando otra persona lo mecanografía, y uno ve el material en limpio. La última oportunidad son las pruebas de imprenta. Uno agradece todas esas oportunidades.

P. ¿Reescribe mucho?
-Depende. Reescribí el final de Adiós a las armas, la última página, treinta y nueve veces antes de quedar satisfecho.

Guillermo del Toro habla del enfoque racial y político de ‘Historias de miedo para contar en la oscuridad’

Pregunta. Que haya un personaje latino en una película de terror, que llega a la típica ciudad mediana estadounidense, es una clara toma de posición. Una proclama que se acentúa tras la matanza de El Paso.
Respuesta. No fue una decisión accidental, sino que la tomé yo. La película se basa en los libros de Alvin Schwartz, que se desarrollan en los ochenta [y en los que no aparecen latinos]. Como mexicano, decidí incluir en mi guion a Ramón, ese chaval valiente, sofisticado. En pantalla, André ha logrado que sea más profundo y guapo de como lo escribí. Y lo que pasa entre él y la chica protagonista, Stella, es una hermosa amistad. No quisimos que hubiera relación sentimental, ni historia de amor con besos. El amor que aparece es un amor entre iguales, entre pares que se entienden. Muy a propósito buscamos una chica en las antípodas de las que aparecen en los anuncios de Coca-Cola. Es lista, espabilada, una chica con la que el espectador pueda sentirse identificado y a través de sus ojos apreciar también a Ramón.

Melba Escobar comenta sobre los escritores muertos y las escritoras en la literatura

Hace años fui, como escritora invitada, a una biblioteca de una escuela rural. Ese día una niña al verme dijo, sorprendida, que ella creía que todos los escritores estaban muertos. El comentario me dio risa. Pero luego me asomé a los anaqueles de esa biblioteca, y ya me fue pareciendo menos divertido. Los ‘Grandes escritores de la literatura universal’ que descansaban en las estanterías eran todos hombres, todos muertos.


Sobra decir, no tengo nada en contra de los grandes escritores muertos de la literatura universal –y tampoco de los vivos, aclaro–; al contrario, solo siento admiración por muchos de ellos, y también agradecimiento por su obra. Sin embargo, me conecté con esta chica, a quien le gustaba Calle 13, y se preguntaba por qué no compraban novelas gráficas o novelas de vampiros para llenar esas estanterías donde nada le resultaba cercano. En ese momento entendí que esa había sido la historia de mi vida. Crecí en un colegio de mujeres leyendo a hombres y sintiendo que habíamos sido borradas, si no del mapa, al menos sí de la biblioteca. ¿Pero luego no es una biblioteca una representación del mundo? Un mundo del que no hacíamos parte. Un mundo sin mujeres.

Por eso hoy celebro el Premio Nobel de Literatura otorgado la semana pasada a Olga Tokarczuk, aun cuando no la he leído. Porque ‘La mujer zurda’, de Peter Handke, ya había llegado a mis manos hace un par de décadas; en cambio, de ella no había escuchado nada. Esta anécdota de la niña que creía que todos los escritores estaban muertos la he contado antes y vuelvo a contarla hoy porque me parece representativa del espacio vacío que hemos ocupado las mujeres. El cliché de género suele reservarnos los papeles de mártir, virgen, puta o bruja. Ahora hay que hacernos sitio y darnos el tiempo, hombres y mujeres, de reconocer en las voces femeninas la pluralidad de criaturas, visiones e imaginarios que podemos llegar a representar lejos de los estereotipos acostumbrados.

Diálogo sobre el arte de la novela, por Milan Kundera

Quiero dedicar esta conversación a la estética de sus novelas. Pero ¿por dónde empezar? Por la afirmación: mis novelas no son psicológicas. Más exactamente: van más allá de la estética de la novela que suele llamarse psicológica. 

Resultado de imagen para Kundera Milan vivo¿Pero no son todas las novelas necesariamente psicológicas, es decir, orientadas hacia el enigma de la psiquis? Seamos más precisos. Todas las novelas de todos los tiempos se orientan hacia el enigma del yo. En cuanto se crea un ser imaginario, un personaje, se enfrenta uno automáticamente a la pregunta siguiente: ¿qué es el yo? ¿Mediante qué puede aprehenderse el yo? Esta es una de las cuestiones fundamentales en las que se basa la novela en sí. Según las diferentes respuestas a esta pregunta, si usted quisiera, podría distinguir las diferentes tendencias y, probablemente, los diferentes períodos en la historia de la novela. Los primeros narradores europeos no conocen el enfoque psicológico. Bocaccio nos cuenta simplemente acciones y aventuras. Sin embargo, detrás de todas esas historias divertidas, se nota una convicción: mediante la acción sale el hombre del mundo repetitivo de lo cotidiano en el cual todos se parecen a todos, mediante la acción se distingue de los demás y se convierte en individuo. 

Presdigitación de la belleza, por Emil Cioran

Imagen relacionadaLa sensibilidad a la belleza es tanto más viva cuanto más cerca se halla uno de la felicidad. Todas las cosas encuentran en lo bello su propia razón de ser, su equilibrio interno y su justificación. Un objeto bello sólo es concebible tal como es. Un cuadro o un paisaje nos fascinarán hasta el punto de que no podremos, contemplándolos, imaginarlos diferentes de como son. Considerar el mundo como algo bello equivale a afirmar que es tal como debería ser. Con semejante manera de verlo todo, el orbe entero no es más que esplendor y armonía, y los aspectos negativos de la existencia no hacen sino acentuar su encanto y su resplandor. La belleza no salvará el mundo, pero puede acercarnos a la felicidad. En un mundo de antinomias, ¿podrá la belleza ser salvada? Lo bello —y ése es su encanto y su naturaleza particular— sólo resulta una paradoja desde un punto de vista objetivo. El fenómeno estético expresa el prodigio de representar lo absoluto mediante la forma, de objetivar lo infinito con representaciones finitas. Lo absoluto-en-la-forma —encarnado en una expresión finita— sólo puede manifestarse a quien es invadido por la emoción estética; pero fuera de la perspectiva de lo bello se convierte en una contradictio in adjecto. Todo ideal de belleza implica, pues, una cantidad de ilusión imposible de evaluar. Más grave aún: el postulado fundamental de ese ideal, según el cual el mundo es como debería ser, no resiste al análisis más elemental. El mundo debería haber sido cualquier cosa, excepto lo que es. 

miércoles, 16 de octubre de 2019

Mis primeros aforismos conocidos, Santiago Tandazo

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Nunca he sido de largas reflexiones o enunciados. Es por eso que he intentado en todas mis intervenciones ser breve. Puede ser una desventaja a la hora de argumentar, la experiencia me lo ha demostrado. Pero en esa ocasión no hay contrincantes; me enuncio a mi mismo, si quiero soy mi enemigo, y con eso me basta. Encontrarán desde lo deplorable hasta lo mejorable, entre una que otra cosa agradable. La mayoría son de temática variada y poco modificados con el pasar de los años. 

Estos en particular aparecieron por primera vez en mi facebook en 2015, para nada gozan de gran agudeza:

1. Hay hombres que hablan mejor de sus penes que de sus novias. 

2. Ya no se meditan los aforismos, se los caga y se los postea. 

3. Los hombres han escrito más sobre las mujeres que las mujeres escrito sobre los hombres (27 de diciembre de 2015 14:48). 

4. Los aforismos han hecho más que muchos padres. 

5. Sólo las ovejas negras cambiarán al mundo pero al final terminarán presos, crucificados, quemados, envenenados, desprestigiados, no reconocidos, fusilados...etc. (27 de diciembre de 2015 12:04) 

6. La inteligencia algunos la demuestran escribiendo, otros callando, y algunos hablando. 

7. Las mujeres esperan mucho de mí y yo me complazco en decepcionarlas. 

Literatura y críticia, de Edith Wharton

Resultado de imagen para Edith WhartonEn cuestión de crítica literaria las modas cambian con la misma rapidez que en el vestir. No hace muchos años los críticos estaban dispuestos a considerar grande cualquier novela que fuese deprimente: ahora insisten en que ninguna novela que sea deprimente puede ser grande. Este último punto de vista es acertado en un sentido: para el lector reflexivo ninguna obra literaria de calidad puede ser deprimente. Pero no es esto lo que el crítico quiere que se entienda. Hace unos cuantos años, un escritor resumió en una conocida revista literaria la popular teoría del arte de la ficción, aunque de manera un tanto naif: «La verdad en cuanto a la literatura de ficción, en este preciso momento, es que debe ser animada para ser buena… Aunque la literatura pueda proporcionar muchas otras cosas, si no ofrece sustento, luz, y comodidad para las horas de ocio del lector de mediana edad, ha fracasado en su misión elemental». Si condensamos «sustento, luz, y comodidad» en la palabra «felicidad» encontraremos la fórmula del crítico medio, inglés y estadounidense: «La ficción, para ser buena, debe hacer feliz al lector». Si el crítico literario se viera obligado a definir sus términos con la precisión que se le exige al escritor científico, esta fórmula hubiera encontrado menos aceptación entre el público en general, dado que su valor total depende obviamente del sentido en el que se utilice la palabra «felicidad». A menos que se pretenda expresar con ella una emoción estética provocada por una obra maestra, que puede ser Macbeth o El Decamerón, Pickwich o Henry Esmond, esa cualidad de la felicidad no puede exigírsele a una novela en mayor medida que a una porcelana china. Si la felicidad exigida por el crítico fuera una emoción moral, equivalente a la que se supone que experimentamos cuando realizamos un acto altruista o cuando somos testigos de una escena de inocente gozo, no puede decirse que la felicidad sea algo más vinculado a la literatura que a la cerámica.

Walter Isaacson comenta sobre genios y por qué hizo una biografía de Leonardo da Vinci

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Me embarqué en este libro porque Leonardo da Vinci constituye el paradigma del principal tema de mis anteriores biografías: que la capacidad de establecer conexiones entre diferentes disciplinas —artes y ciencias, humanidades y tecnología — es la clave de la innovación, de la imaginación y del genio. Benjamin Franklin, una figura que abordé con anterioridad, fue un Leonardo de su época: sin educación formal, autodidacta, llegó a ser un polímata con una poderosa imaginación, el mejor científico, inventor, diplomático, escritor y estratega empresarial de la América ilustrada. Haciendo volar una cometa, demostró que los relámpagos son electricidad e inventó el pararrayos para dominarlos. Creó también las gafas bifocales, maravillosos instrumentos musicales, estufas de combustión limpia, mapas de la corriente del Golfo y el estilo único de humor simple y directo típico de Estados Unidos. Albert Einstein, cuando se sentía bloqueado en el desarrollo de su teoría de la relatividad, tomaba el violín y tocaba Mozart; su música lo ayudaba a conectar de nuevo con la armonía del cosmos. Ada Lovelace, cuyo perfil biográfico tracé en un libro sobre los innovadores, combinaba la sensibilidad poética de su padre, lord Byron, con el amor de su madre por la belleza de las matemáticas, con el fin de imaginar una calculadora mecánica universal. Y, al final de muchas de las presentaciones de sus productos, Steve Jobs mostraba una imagen de un cartel donde aparecía el cruce entre la calle de las artes liberales y la de la tecnología. Leonardo fue su héroe. «Vio la belleza en el arte y en la ingeniería —dijo Jobs—, y su capacidad para combinarlos lo convirtió en un genio». 

Eric Hobsbawm comenta sobre el arte en estados totalitarios comunistas

El régimen de Mao Tse-tung alcanzó su climax durante la «revolución cultural» de 1966-1976, una campaña contra la cultura, la educación y la intelectualidad sin parangón en la historia del siglo xx. Cerró prácticamente la educación secundaria y universitaria durante diez años; interrumpió la práctica de la música clásica (occidental) y de otros tipos de música, destruyendo los instrumentos allí donde era necesario, y redujo el repertorio nacional de cine y teatro a media docena de obras políticamente correctas (a juicio de la esposa del Gran Timonel, que había sido una actriz cinematográfica de segunda fila en Shanghai), las cuales se repetían hasta el infinito. Dada esta experiencia y la antigua tradición china de imposición de la ortodoxia, que se modificó sin llegar a abandonarse en la era post-Mao, la luz emitida por la China comunista en el terreno del arte siguió siendo débil. 

Por otra parte, la creatividad floreció bajo los regímenes comunistas de la Europa oriental, al menos cuando la ortodoxia se relajó un poco, como sucedió durante la desestalinización. La industria cinematográfica en Polonia, Checoslovaquia y Hungría, hasta entonces no muy conocida ni siquiera localmente, surgió con fuerza desde fines de los cincuenta, hasta convertirse durante cierto tiempo en una de las más interesantes producciones de películas de calidad del globo.