jueves, 9 de enero de 2020

SONETO AL HUECO DEL CULO, poema de Paul Verlaine y Arthur Rimbaud

Este poema nace en El Círculo de los Zutistas (Cercle des poètes Zutiques) que fue un grupo de poetas que se reunía o habitaban en el Hôtel des Étrangers en el boulevard Saint-Michel de París a finales de 1871. Algunos de los poetas que formaban parte de él eran Charles Cros, Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, André Gill, Ernest Cabaner y Léon Dierx. Sin embargo, Rimbaud era el único de todos ellos que dormía de noche en los bancos de la entrada de ese hotel. Según recoge Buenos Aires Poetry. 
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 Se lo reproduce en español y francés:

SONETO AL HUECO DEL CULO

Oscuro y fruncido como un clavel violeta
respira, tímidamente oculto bajo el musgo;
el licor del amor todavía lo humedece
y fluye por el leve declive de las nalgas.

Filamentos parecidos a lágrimas de leche
lloran ante el triste soplo que los arrastra
a través de piedritas de abonos arcillosos
hacia el declive que ahora los reclama.

A menudo mi boca se acopla a su ventosa
y allí mi alma, del coito material envidiosa,
cava su lagrimal feroz, su nido de sollozos.


Es la argolla extasiada y la flauta mimosa,
tubo por donde baja el celestial confite,
Canaan femenino de humedades nacientes.



Según el testimonio de Verlaine en una carta a Charles Morice en 1883, las cuartetas habrían sido escritas por él mismo, mientras que los tercetos habrían estado en la mano de Rimbaud. Esto es expuesto por André Guyaux en Œuvres d'Arthur Rimbaud, bibliothèque de la Pléiade, 2009, p.879.


Sonnet du trou du cul, publicado en Album Zutique 

Obscur et froncé comme un œillet violet
Il respire, humblement tapi parmi la mousse
Humide encor d’amour qui suit la fuite douce
Des Fesses blanches jusqu’au cœur de son ourlet.

Des filaments pareils à des larmes de lait
Ont pleuré, sous le vent cruel qui les repousse,
À travers de petits caillots de marne rousse
Pour s’aller perdre où la pente les appelait.

Mon Rêve s’aboucha souvent à sa ventouse ;
Mon âme, du coït matériel jalouse,
En fit son larmier fauve et son nid de sanglots.

C’est l’olive pâmée, et la flûte câline,
C’est le tube où descend la céleste praline :
Chanaan féminin dans les moiteurs enclos !

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