...No abandonaré la vejez en el caso de que
me conserve íntegro para mí mismo, pero
íntegro en aquella parte más noble; por el
contrario, si comienza a perturbar mi inteligencia, a desquiciarla en sus funciones,
si no me permite ya vivir, sino respirar,
saltaré fuera de un edificio descompuesto y ruinoso.
No rehuiré con la muerte la enfermedad en tanto sea curable y
no perjudicial para el alma. No me haré
violencia con las manos a causa del sufrimiento: morir así supone ser vencido. No
obstante, si me doy cuenta de que he de
sufrir constantemente el dolor, partiré, no
por causa de él, sino porque me va a poner
obstáculos para todo aquello que motiva
la vida. Es débil e indolente quien a causa del sufrimiento decide su muerte, necio
quien vive para sufrir.
Cartas a lucilio. En el apartado. "División del ser en Platón. Inconsistencia del mundo sensible".
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