miércoles, 24 de junio de 2020

¿Los plagios en las canciones de Enrique Bunbury?

Bunbury actuando en sala Razzmatazz de Barcelona en diciembre de 2017.
Fernando del Val comenta:


“Buena parte de las letras que Bunbury ha escrito se compone de fragmentos de escritores a los que no cita. En mi libro se demuestra que la práctica ha sido habitual en toda su carrera, y que está presente en muchas canciones suyas con ambición poética y literaria”, afirma Del Val.

Y pone un ejemplo:

- “Hoy amanecí con los puños / cerrados”; “Nos formulan preguntas / que incluyen su semilla de respuesta”; “Ahora que estoy insomne / (…) / quiero morir de siesta”; “Alimenta rumores clandestinos” (La casa y el ladrillo y Geografías, de Mario Benedetti).

- “Amanecí con los puños bien / cerrados”; “Formulas preguntas con semilla / de respuesta”; “Ahora que padeces de insomnio / quisieras morir de siesta”; “(…) en sus rumores clandestinos” (Iberia sumergida, Bunbury, del disco de Héroes del Silencio, Avalancha).

El autor reconoce que si el músico hubiese atribuido las fuentes, acreditado los prestamos en las carpetillas de cada disco, su libro no tendría sentido. “El problema ha sido la opacidad, cómo ha jugado con las letras no compuestas por él”, comenta. Del Val califica a esta técnica de escribir como centón, que la RAE define así: “Una obra literaria compuesta con fragmentos de otras obras”. “Eso es lo que hace: una reunión de materiales dispersos y ajenos a su obra que él unifica mediante versos de transición”.

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Según el libro de este autor, esta técnica se utiliza en dos de los cuatro discos de Héroes del Silencio y en nueve de sus diez trabajos en solitario (solo se ha librado Licenciado Cantinas, de 2011). El más afectado es Hellville de Luxe, en hasta nueve canciones, 157 versos. Las letras de este álbum, publicado en 2008, crearon un gran revuelo mediático, al detectarse que la canción estrella, El hombre delgado que no flaqueará jamás, incluía versos del poeta madrileño Pedro Casariego Córdoba y del vasco Joseba Sarrionandia. Días después del descubrimiento, en 2008, Bunbury dijo en El Periódico de Aragón: “No es ni plagio ni nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ámbitos: recoger frases de la calle, de los periódicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas. La acusación es una chorrada. Y si no que le pregunten a Dylan. ¡No me jodas! Que no sean superficiales. En la misma canción hay una frase que está sacada de un titular de la sección de Economía de un periódico, y nadie se ha dado cuenta”.
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