Texto de Xavier Ayén
La Ciutat Judicial de L’Hospitalet parecía, la mañana de este martes, un festival literario. El crítico literario Ignacio Echevarría se sentó en el banquillo, acusado por la viuda de su amigo Roberto Bolaño (1953-2003), Carolina López, de atentar contra el honor y la intimidad de Bolaño y su familia, así como de falsedades y de extralimitarse de sus atribuciones como editor de sus textos, por lo que le reclama 150.000 euros. La vista se ha celebrado en el juzgado número 9 de primera instancia. La fiscal se sumó a las tesis de la defensa y solicitó que se desestimaran las acusaciones. El testigo de la acusación fue el agente literario Andrew Wylie, conocido como ‘el Chacal’, y el de la defensa, el editor Jorge Herralde, de la editorial Anagrama.
El encuentro entre ambos testigos fue, por cierto, una escena caballeresca. Herralde y Wylie se saludaron afectuosamente y se produjo el siguiente diálogo:
-Estimado Andrew, ¿qué estás haciendo en este país?
-Estimado Jorge, creo que he tomado el avión equivocado.
El acusado, con un ejemplar de los ‘Aforismos’ de Kafka en el bolsillo, defiende que le asiste la libertad de expresión. El meollo del asunto son los dos artículos que Echevarría publicó, primero, en ‘El Cultural’ (‘Bolaño borrado’, septiembre del 2016) y luego, en ‘El País’ (‘Desmentido de un presunto albacea’, noviembre del 2016). En ellos expone, básicamente, que López intenta borrar del relato biográfico del escritor chileno la existencia de su amante, Carmen Pérez de Vega, con quien mantuvo una relación sentimental los últimos seis años de su vida, bien es verdad que sin llegar a romper su matrimonio legalmente. La buena relación de Echevarría con Pérez de Vega habría sido la causa de su destitución como editor de mesa de los textos del autor. Echevarría critica también que los textos póstumos de Bolaño se estén presentando como novelas acabadas cuando, a su juicio, son obras sin finalizar.
Wylie declaró que los motivos de que Bolaño cambiara de editorial, de Anagrama a Alfaguara, fueron estrictamente económicos, frente a las razones personales que argumentaba Echevarría. El agente neoyorquino afirmó que es “muy fácil” meterse con las viudas de los escritores. Herralde recordó que, antes de que la viuda de Bolaño decidiera abandonar su editorial, él recibió dos veces la visita de la abogada de López, quien le dio a entender que, si declaraba que Pérez de Vega no había sido pareja de Bolaño, tal vez pudiera reconsiderarse la marcha del autor. “Los que hemos tenido la suerte o la desgracia de que Roberto nos presentara a Carmen como su novia, lo cual no hay por qué entenderlo literalmente, estamos en su lista negra”.
Resultaba curioso ver a Wylie y Herralde en campos enfrentados, pues la relación entre ambos es excelente. En el catálogo de los 50 años de la editorial, Wylie declara que “Anagrama es una joya” y un símbolo de “calidad e independencia” así como que su selección de obras es ejemplar “así como la dedicación con que lo lleva a cabo”. En la pasada edición de la feria de Frankfurt, Wylie besó la mano a Herralde al encontrárselo.
Sobre la edición de los textos, la defensa citó ejemplos como que la novela ‘El espíritu de la ciencia-ficción’ (la cuarta obra póstuma del autor, de 2016) incluye literalmente veinte páginas de la novela ‘Los detectives salvajes’. Ante la afirmación de la acusación de que Echevarría dejó de lucrarse con Bolaño, lo que ha motivado su animadversión a los herederos, se mostró una factura que el crítico envió por sus trabajos, por un montante de unos 1.000 euros. La abogada de López afirmó que Echevarría facilitó material de Bolaño a terceros, aspecto que este niega rotundamente.
La viuda de Bolaño y Andrew Wylie eludieron el contacto con los periodistas. Herralde recalcó que “tras 50 años de editorial y 4.000 títulos publicados, este es mi primer juicio” y bromeó con que a la demanda “le hace falta un editing pues repite varios conceptos”.
Se esperaba, por la acusación, el testimonio de la directora literaria de Random House, Pilar Reyes, quien sin embargo excusó su asistencia arguyendo un viaje. El poeta Bruno Montané Krebs, testigo de la defensa, también justificó su no comparecencia al encontrarse en Chile por motivos familiares.
El de Echevarría es el último episodio de una amplia ofensiva judicial que lleva a cabo López. En noviembre del 2018, López denunció a Carmen Pérez de Vega por atribuirse el rol de pareja de su marido. El juez consideró entonces probada la relación de pareja entre Bolaño y Pérez de Vega pero condenó a la novia a pagar una multa de 35.000 euros por violar la intimidad familiar. Ambas partes han recurrido la sentencia. López también ha combatido contra la difusión del libro de entrevistas ‘Bolaño por sí mismo’, que incluye un agradecimiento del editor Andrés Braithwaite a Pérez de Vega, sin citarla por su nombre.
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